Durante dos días los habitantes del sector rural de La Serena disfrutaron de tradicional evento que culminó con una procesión en honor a la Virgen del Carmen.
Luego de un receso de dos años por el efecto de la pandemia en la localidad de El Durazno se retomó durante dos días la tradición de la Fiesta Huasa y religiosa organizada por la Comunidad Agrícola Olla de Caldera y con el apoyo de la Municipalidad de La Serena, a través de la Delegación Rural, quien colaboró en la elaboración del proyecto que la agrupación presentó al Fondo de Cultura del Gobierno Regional.
La presidenta de la comunidad, Susana Alfaro Villarroel destacó la importancia de volver a reencontrarse en torno a esta festividad. “Siempre queremos volver a esta hermosa tierra para rememorar tiempos pasados y revivir nuestra alma campesina y que con inmenso orgullo llevamos en nuestro corazones”, enfatizó.
Igualmente remarcó el esfuerzo de las antiguas familias que forjaron su vida en un ambiente totalmente distinto, “antes todo era sacrificio, pero lograron salir adelante y para ellos nuestra total admiración”, recalcó.
En la oportunidad se le entregó un reconocimiento al concejal de La Serena, Luis Aguilera, por la preocupación de los pueblos apartados de la capital regional.
Junto con agradecer el gesto, el concejal Aguilera destacó el interés de la organización por preservar este tipo de iniciativas que permite a las familias reunirse, “como municipio es muy importante que se desarrolle ese tipo de iniciativas en diferentes lugares rurales como una forma de recuperar nuestras tradiciones”, profundizó.
De la misma forma valoró que a pesar del paso del tiempo y que se hayan traslado a los centros urbanos, aún mantienen el interés de retornar a la ruralidad, “es destacable cómo sigue la religiosidad popular de la gente y se reencuentra con sus raíces”, argumentó.
Ana Lucía Díaz de la Delegación Rural precisó que esta festividad se enmarca en el área cultural de la Comunidad Olla de Caldera, “y como municipio, a través de la Delegación Rural, feliz de apoyarlo en esta iniciativa, sobre todo en la elaboración del proyecto que se presentó al Fondo Regional de Cultura. Una fiesta religiosa que lleva más de 100 años y se ha mantenido de generación en generación”, subrayó.

VUELTA AL PASADO
Junto al énfasis religioso, durante las dos jornadas se desarrollaron juegos populares para los niños y adultos, además de carreras a la chilena, siendo complementado con la venta de productos típicos, mientras que el complemento musical estuvo a cargo de Los Amigos de Loica y el grupo Los Tremendos del Norte.
El dirigente de la comunidad agrícola, Jorge Villalobos admitió que participar en este tipo de festividad, “es una vuelta al pasado, volver a la infancia cuando corríamos por estos terrenos llenos de flores y aún corría agua por las quebradas, luego que aquí estaban nuestros familiares”.
Pedro Bernal Cárdenas fue protagonista de la procesión integrando el baile religioso del sector que fue creado en 1914. Confiesa que es un orgullo haber continuado con esta tradición. “Mi padre fue ‘chino’ de niño y cuando yo tenía como seis años era el jefe del baile y anteriormente fue su tío, Pedro Guerrero. Es por ello que quise seguir esta tradición y han pasado los años y la continuamos”, puntualizó.
